viernes, 29 de septiembre de 2017

PARTE DE GUERRA No 32 : LA LIBERACIÓN FEMENINA


Afirmamos la igualdad del hombre y la mujer: igualdad de creación, de elevación al orden sobrenatural, de redención, de incorporación al Cuerpo Místico y de llamado a la bienaventuranza. Sin embargo, debemos también señalar la desigualdad entre el hombre y la mujer: desigualdad en cuanto a sus cualidades físicas y espirituales, que son completamente entre si y se ordenan a la vida matrimonial para la procreación y educación de los hijos.
(Génesis 2:18-24. I Corintios 11:3 y 8 -10. Efesios 5:22-24. Colosenses 3:18, I Timoteo 2:11-15)

La naturaleza dio al hombre más capacidad para gobernar que a la mujer, por lo cual es él la cabeza de la mujer y el jefe de la familia. Esta doctrina es enseñando por San Pablo y San Pedro y nos es revelada ya en el relato de la creación. I Pedro :<<De igual manera,  vosotras, mujeres,  sed sumisas a vuestros maridos, para que si algunos no obedecen a la predicación sean ganados sin palabras por la conducta de sus mujeres,  al observar vuestra vida casta y llena de reverencias>>.
 Y Santo Tomas recuerda que <<En cuanto a la vida doméstica es castigada (la mujer) al estar sometida al dominio del marido, lo que se dice estarás bajo la potestad de tu marido >> (Suma Teológica, II, II, q, q-164, a.2)

¡Pobres familias en las cuales , invirtiendo el orden querido y establecido por Dios , gobiernan las mujeres, <<No es esta, dice SS.Pio XI en su Encíclica Casti connubi, la verdadera emancipación de la mujer, antes bien, es la corrupción del carácter propio de la mujer y de su dignidad de madre, es el trastorno de toda la sociedad familiar, con lo cual al marido se le priva de la esposa , a los hijos de la madre y a todo el hogar domestico del custodio que siempre vigila.

 Más todavía tal falsa libertad y antinatural igualdad de la mujer con el hombre tornase en daño de esta misma, pues si la mujer desciende de la sede, verdaderamente regia, a que el Evangelio la ha levantado dentro de los muros del hogar, bien pronto caerá en la servidumbre muy real, aunque no lo parezca, de la antigüedad, y se verá reducida a un mero instrumento en manos del hombre, como acontecía con los paganos>>
La Iglesia no engaña a la mujer con la mentira de la liberación femenina, basada en una igualdad antinatural. Estas igualdades son imposibles. Por más, que digan y hagan, los revolucionarios nunca podrán poner término a las naturales desigualdades, Los revolucionarios se atribuyen la invención y la defensa de la igualdad, Es la estrategia de Satanás reivindicar para si el prestigio de las palabras, mientras trabaja por aniquilar las ideas expresadas por ellas.

(Texto entresacado de un artículo del P. Juan Carlos Ceriani, FSSPX, Suplemento de Jesús Chistus. N° 58, julio –agosto 98)
N°164. IX-X 1998.
FUENTE: PARTE DE GUERRA, JULIO VARGAS PRADA.
PAGS. 307-308.

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