viernes, 29 de septiembre de 2017

PARTE DE GUERRA No 35 : MARÍA TAMBIÉN ODIA


¿No lo sabias? Claro que sí, pero acaso no lo aquilataban en toda su magnitud. Los católicos conocemos la maldición de Dios lanzo contra el demonio representado por la serpiente :<<Yo pondré enemistades entre tú y la mujer>>. (Gen .3, 15)¿Cual mujer? ¡María! Y el Señor agrego :<<Ella quebrantará tu cabeza>> Por eso hallamos las imágenes de María aplastando a la serpiente .Y se le llama<<martillo de las herejías >> Fue ella quien decidió la victoria de Lepanto. Y en un himno polaco se le canta : <<Eres terrible al enemigo , como el escuadrón bien disciplinado >> , según lo recuerda Pio XII en su carta del 1 de septiembre de 1951 al pueblo de Juan Pablo II.
Recordemos con Santo Tomas de Aquino que <<Dios ama a los pecadores en vista de su naturaleza, porque como tales existen y son sus obras, pero como pecadores no lo son, y hay en ellos privación del ser, y bajo este concepto no son obra de Dios, por cuya razón Dios los odia >> .T.I.q 20, a 2.

¿Podrá algún otro ser amar lícitamente lo que Dios odia y odiar lo que Dios ama? Evidentemente que no, La Virgen María, primera entre todos los seres creados, no puede contradecir a la Santísima Trinidad. Ella es Madre de Dios. Por eso tiene que amar y odiar como su divino Hijo ¿Que odia Dios? ¿Qué ha de odiar la Virgen María? Odia el mal, el pecado y al pecador en cuanto peca, aunque al  mismo tiempo lo ame con todo su corazón. Así nace la Misericordia, que es infinita,  y de la que participa como mediadora la Madre de Dios. AD IESUM PER MARIAM. ¿Cómo es ese odio?

Distingamos el odio como aversión , rechazo , al pecado y al pecador , y el odio como un deseo de mal daño al pecador. Nuestra Santa Madre lucha contra el error-su arma es la Fidelidad –porque el error es obra del demonio , puesto que no es obra de Dios , pero en vez de desear un mal al pecador , intercede por él , Ni Dios ni María pueden desear el mal ni aún al mayor pecador. Jesucristo es juez y María la abogada nuestra. Una nota es imprescindible :!el arrepentimiento ¡. El obstinado , el contumaz , que rechaza el amor de María , se condena a sí mismo. Llegado el momento del juicio, en un tránsito que llamamos muerte, solo opera la justicia divina. Se cambia el cartel. Para los pecadores ya no hay <<Corrección>> sino <<Condenación>>.

La Virgen aboga en vida. Lucha por nuestra salvación, ama y perdona sin cesar. Pero, luego, como dice San Anselmo, <<A nadie toca hacer venganza sino a El >> (BAC .T.I, p 179). Y la venganza se llama justicia porque no va más allá del castigo merecido. La lucha entre María y el demonio hoy es patente. Pero tengamos confianza. En Fátima nos ofreció su promesa <<Mi inmaculado corazón triunfará >>. Sí, con su odio y por su amor.

Parte de Guerra  N° 121.III, 1996


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