¿No
lo sabias? Claro que sí, pero acaso
no lo aquilataban en toda su magnitud. Los católicos conocemos la maldición de Dios lanzo contra el demonio representado por la serpiente :<<Yo
pondré enemistades entre tú y la mujer>>. (Gen .3, 15)¿Cual mujer? ¡María! Y el Señor agrego :<<Ella
quebrantará tu cabeza>> Por eso hallamos las imágenes de María aplastando a la serpiente
.Y se le llama<<martillo
de las herejías >> Fue ella
quien decidió la victoria de Lepanto.
Y en un himno polaco se le canta : <<Eres terrible al enemigo , como
el escuadrón bien disciplinado >> , según lo recuerda
Pio XII en su carta del 1 de septiembre de 1951 al pueblo de Juan Pablo II.
Recordemos
con Santo Tomas de Aquino que
<<Dios ama a los pecadores en vista de su naturaleza, porque como tales
existen y son sus obras, pero como
pecadores no lo son, y hay en ellos privación del ser, y bajo este
concepto no son obra de Dios, por cuya razón Dios los odia
>> .T.I.q 20, a 2.
¿Podrá
algún otro ser amar lícitamente lo que Dios odia y odiar lo que Dios ama? Evidentemente
que no, La Virgen María, primera
entre todos los seres creados, no puede contradecir a la Santísima Trinidad.
Ella es Madre de Dios. Por eso tiene
que amar y odiar como su divino Hijo ¿Que odia Dios? ¿Qué ha de odiar
la Virgen María? Odia el mal, el pecado y al pecador en
cuanto peca, aunque al mismo tiempo lo
ame con todo su corazón. Así nace la Misericordia,
que es infinita, y de la que participa como mediadora la Madre
de Dios. AD IESUM PER MARIAM. ¿Cómo es ese odio?
Distingamos
el odio como aversión , rechazo , al pecado y al pecador , y el odio como un
deseo de mal daño al pecador. Nuestra Santa Madre lucha contra el error-su arma es la Fidelidad –porque
el error es obra
del demonio , puesto que no es obra de Dios , pero en vez de
desear un mal al pecador , intercede por él , Ni Dios ni María pueden desear el
mal ni aún al mayor pecador. Jesucristo es juez y María la
abogada nuestra. Una nota es imprescindible :!el arrepentimiento ¡. El obstinado
, el contumaz , que rechaza el amor de María , se condena a sí mismo. Llegado el momento del juicio, en un tránsito que
llamamos muerte, solo opera la justicia divina. Se
cambia el cartel. Para los pecadores ya no hay <<Corrección>> sino
<<Condenación>>.
La
Virgen aboga en vida. Lucha
por nuestra salvación, ama y perdona
sin cesar. Pero, luego, como dice San Anselmo, <<A nadie toca
hacer venganza sino a El >> (BAC .T.I, p 179). Y la venganza se llama
justicia porque no va más allá del castigo merecido. La lucha entre María
y el demonio
hoy es patente. Pero tengamos
confianza. En Fátima nos ofreció su promesa <<Mi inmaculado corazón
triunfará >>. Sí, con su odio y por su amor.
Parte
de Guerra N° 121.III, 1996
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