Finalizando septiembre un terremoto destruyó parte de Asís. Esta es la
respuesta de Dios a la contumacia vaticana que persiste en el monstruoso error
de convocar a los líderes de todas las religiones olvidando el primer
mandamiento: <<No tendrás otros dioses>>.
La apostasía
que emana como un gas mortífero de esta filosofía liberal, tantas veces
condenada por la Iglesia, se ha extendido por el mundo penetrando en las mentes
obnubiladas por el demonio.
Hemos visto el momento terrible en que la
cúpula de la bella iglesia del siglo XIII,
donde reposan los restos del poverello,
se rompía en mil pedazos cayendo con la fuerza y la precisión del dedo de Dios.
Y se ha escuchado el estruendo de la voz divina como el grito herido de Nuestro Señor.
Obras
de arte pulverizadas por la ira de Dios encendida contra esta iglesia conciliar, esposa
infiel que se entiende con los enemigos de Jesucristo.
Recordemos: el 27 de Octubre de 1986 el Papa Wojtyla se reunió
en Asís con los jerarcas de 130 sectas, lo cual es poco o mucho
decir porque incluía a pieles rojas y agnósticos. Y los invito a rezar por la
paz y les cedió los templos católicos… ¿A quién rezaron? ¿A Jesucristo? ¡No! Para Wojtyla << todo ser humano debe
seguir honestamente su recta conciencia con intención de buscar (sic) la verdad
y seguirla…<<Nada de revelación, ni de verdad objetiva, Solo la
conciencia individual y la verdad subjetiva. De ahí su parecido con el
argumento masónico <<Respeta mi verdad, que yo respeto la tuya>>. Como
si hubiera tantas verdades como conciencias y Dios no se hubiera manifestado
indubitablemente mediante su Hijo, verdadero Dios y verdadero hombre.
El escándalo de Asís se
ha repetido en diversas ciudades. Ahora dirán en Roma que interpretar las
causas eficientes de un fenómeno fue bueno para otra época, no para ahora. Y
que nada tiene que ver el terremoto de Asís con la reunión ecuménica de 1986, y
siguientes. Sin duda hay dos posiciones donde debería haber solo una:
La de la
Iglesia conciliar que nos repite con J.P.II.
que
<< la obediencia a la conciencia como elemento esencial es el camino hacia
un mundo mejor y en paz>>, y la palabra de la Iglesia Católica con Pio XI
en Mortalium Animos: <<Queda, pues, claro que la Sede Apostólica no puede a ningún
precio tomar parte en esos congresos y que no está permitido bajo ningún modo a
los católicos adherirse a semejantes empresas o contribuir a ellas>>
León XIII y San Pio X condenaron igualmente estos intentos sin imaginarse ,
quizá , que llegaría el triste momento de su realización para afrenta de
Jesucristo y su iglesia.
Frente a estos sucesos repetimos la consigna
salvadora ¡Oración y sacrificio!
SE REZA POR ELLOS, NO CON ELLOS.
N°149,
X, 1997
FUENTE: PARTE DE GUERRA - JULIO VARGAS PRADA.
Págs. 278-279.
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