viernes, 18 de diciembre de 2015

PARTE DE GUERRA No 21 : LA TORRE DE BABEL



Los protestantes de todo cuño son prisioneros de la Mentira. Su pecado capital es la maligna rebeldía contra la Verdad .Su rechazo de la Santa Tradición (enseñanzas de N.S.J.C continuadas por los Apóstoles) y su libertina interpretación individual de las Sagradas Escrituras, sin acatar las definiciones  de la Iglesia, Madre  y maestra, los pluraliza, disgrega y confunde, los mundaniza y envilece. No pueden  tener un Símbolo, un Credo, como los católicos. En definitiva, son contrarios a la UNIDAD.

La Iglesia Católica, en cambio, tiene como Nota esencial la UNICIDAD EXTERNA  que es UNIDAD INTERNA, Fuera de ellas no existe, de veras, otra Iglesia. Su unitas numérica, se extiende en dos dimensiones: simultáneamente e históricamente, solo hay  una Iglesia, no dos, ni tres, ni mil; ni tampoco una después de otra. Siempre es la misma: la fundada por Jesucristo como un Reino, sobre la fidelidad de Simón, hijo de Jonás, bien llamado ¡PETRUS!

La Iglesia Católica tiene UNIDAD DE FE .Todos sus miembros profesamos una misma doctrina, creemos en la misma Verdad, revelada por Dios y enseñada por el sucesor de Pedro y los obispos. La infalibilidad papal se circunscribe al depósito de Fe y garantiza la conservación incorrupta y esclarecida de la Verdad.
                           
La   Iglesia Católica tiene UNIDAD DE CULTO. Es consecuencia de la Fe. “Les orandi, les credendi”. Se reza como se cree. Todo igual en la recepción de los sacramentos y en la Liturgia. Y por eso el Santo Sacrificio de la Misa no puede ser adulterado.

La Iglesia católica tiene UNIDAD DE GOBIERNO. Todos obedecemos a la misma autoridad: a ¡Cristo! Cabeza visible de la Iglesia y al Papa, único Vicario de Cristo. Comparemos ¿Qué hay en las “Iglesias “protestantes de esta unidad católica? ¡Nada! Sus herejías se oponen a la unidad de la Fe. Sus cismas a la unidad de Gobierno. Se dicen “Cristianas” .En realidad son anti-cristianas. No las salva ni su “episcopado “si lo tienen, porque este no constituye centro único de autoridad. Entonces cualquier gobernante resulta “papa” o “papisa” de esas pretendidas “iglesias”. A los protestantes Dios los ha confundido, como en la torre de Babel, por su soberbia; pero los perdonará, misericordioso y benigno, cuando abjuren de sus errores y malicias y regresan a la Iglesia Católica, UNA y ÚNICA. ¡Oremos por los protestantes. No con los protestantes!

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