EL LIBRO DE LAS HEREJÍAS

Ante todo ¿Un Papa puede incurrir en herejías?
Si, cuando no habla infaliblemente. Y este es el caso.
El error inicial en su concepción de la Iglesia: “La Iglesia,
como cuerpo místico de Cristo, penetra en todos y a todos comprende. Sus
dimensiones espirituales místicas, son mucho mayores de cuando puedan demostrar
todas las estadísticas sociológicas” (pp 148-9).Y el Papa se lamenta de
“esquematismos demasiado rígidos”: “Se trata, pues, de no solo cambiar CONCEPTOS
sino de renovar actitudes “.
Mèramo comenta con razón que dichos cambios son revolucionarios y heréticos:” ¿Cómo se pueden cambiar
CONCEPTOS en cosas de FE?”. Juan
Pablo II se refugia en el Concilio
Vaticano II:”La
Iglesia…ha logrado REDEFINIR en el Concilio Vaticano II su propia naturaleza”!
Son palabras mayores! El Papa siguiendo la mala senda de Rahner
para quien el pueblo de Dios se extiende a toda la humanidad, sostiene
que todo hombre, por el hecho de ser hombre y nada más, ya pertenece, radicalmente,
a la Iglesia, según clarísima acotación del Padre Meinvielle. Esto implica que no haya DOGMAS
QUE DIVIDAN e incomoden a liberales, masones, modernistas, protestantes y ecumaniacos.

“Fuera de la Iglesia no hay salvación”. Pero para Juan Pablo II si la hay. Ya está lejos, cada vez más lejos de la doctrina católica ¡invariable!
Otra herejía: “Dios salva a toda la humanidad “. NO. Esto es confundir
dos misterios: el de la REDENCIÓN, que es por todos los hombres
(pro ómnibus).y
el de la SALVACIÓN, que no es por
todos sino por muchos (promultos). Pero J.P.II asegura que: “Este
misterio de la salvación es un hecho consumado. Hallamos con el P.Meramo, la
causa de semejante desvarío cuando
el Papa confiesa: “Nuestra Fe es profundamente antropológica
“.En cambio para la Iglesia verdadera “Nadie puede creer si Dios no le infunde sobrenaturalmente
la Fe”. DIOS ES EL AUTOR
DE LA FE. La antropología de J.P.II lo entronca con el
siniestro De Lubac, quien niega la gratuidad de la gracia, y con Congar y Teilhard,
para quienes el mundo no sale de Dios sino Dios del mundo. La revolución
antropológica es la rebelión del hombre contra Dios ! No tener esperanza!
Nº
115 XI, 1995
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